08 octubre 2017

Historia y ficción en Respiración artificial. Fernando Cittadini




Historia y ficción en Respiración artificial

Fernando Cittadini



En Respiración artificial (1980) de Ricardo Piglia, se escribe de manera elíptica sobre la ralación novela-historia y ficción-política. El contexto político social es relevante por ausencia y por los efectos que produce. El texto no trabaja aspectos referenciales, sino hablando de otra cosa. En la novela se leen continuamente otros textos, la operación repetida con los discursos que incorpora es la interpretación, la búsqueda de claves que permitan vertebrar lecturas para esos textos. Esta mecánica, además de ser un intento -exitoso- de relectura y autocolocación en la literatura (argentina) es también el modo en que el texto pide ser leído: descifrando otros textos, se pone a sí mismo para ser descifrado.


En Respiración artificial circulan nombres, concepciones, teorías de la literatura. Pero si se atiende al consejo de Piglia acerca de cómo leer a Borges -no a quiénes nombre, sino a quiénes escribe- y se lo hace funcionar en el texto, es Walter Benjamin, su pensamiento, al que se reitera en diferentes planos, aunque nunca expresamente, nunca como objeto de discusión ni como cita pero sí estructurando el texto.


Esta presencia benjaminiana en hueco permite articular distintas zonas del texto y sobre todo a través del análisis histórico -que Piglia toma de Benjamin- responder acerca de la pregunta inicial a cerca del cómo narrar (el horror de) los hechos reales, cómo decir lo indecible, cómo hablar callando, de otro modo, de los que no se puede ni se debe.


Un texto que constara sólo de citas es un conocido proyecto benjaminiano compartido por Tardewski y por la novela de Renzi, y se extiende a Respiración artificial, al menos como efecto de lectura. Este modelo de escritura resulta en el carácter fragmentario del estilo Benjamin-Piglia, en el montaje, principio constructivo reiteradamente defendido por Benjamin, y en la gran carga semántica de cada frase: Cada frase parece escrita como si fuera la última... Es como si cada frase hubiera de decirlo todo. Sobre esta idea que se repite varias veces en Respiración artificial. Benjamin ha escrito por lo menos tres ensayos: El narrador, Experiencia y pobreza, y Sobre algunos temas de Baudelaire. Estos escritos analizan la pérdida de la capacidad de vivir -y por tanto de comunicar- experiencias genuinas, incapacidad que se vincula y es producto de las nuevas maneras de percibir propias de la Modernidad.


Respiración artificial no narra experiencias sino su imposibilidad. No existe el intercambio entre los personajes. El carácter epistolar del texto escenifica esta idea de distancia. es una suma de monólogos que antes de buscar el diálogo, el intercambio, comunican la ruptura de la experiencia, la filosofía del fracaso.


Walter Benjamin (1892-1940)


Tal vez haya sido Benjamin el primero en teorizar acerca del discurso historiográfico como construcción. Si la historiografía tradicional concibe el pasado como dato objetivo, inmodificable, Benjamin pensaba que en esta dialéctica historia-presente quien sufre determinaciones es el sujeto presente que arme e interpreta y no a la inversa. Lo fijo es el presente, y desde la actualidad se construye el pasado. Desde este enfoque , el estudio de la historia no se funda en un interés arqueológico, ni tampoco, a la manera del historicismo, como antecedente del presente, como sucesión causal de hechos que finalmente determinan el presente.


El interés por la historia tiene en Benjamin dos momentos: por un lado, iluminar revolucionariamente el pasado, y esta luz sobre el pasado se aprovecha para comprender el presente, de modo que el interés último es la actualidad, a partir de la mutua iluminación dialéctica entre historia y presente, es decir, el estudio del pasado como crítica del presente a través de la mediación conceptual del sujeto.


En su teoría, cada aspecto de la realidad, cada elemento aislado, a la manera de una mónada, refleja el todo social, y de manera tal que puedan hacerse allí lecturas revolucionarias, que ofrezcan perspectivas para el presente. Las imágenes dialécticas son el resultado de la yuxtaposición de estos elemento objetivos, interpretados a través de la mediación del sujeto. Lo particular de estas imágenes es entonces que iluminan por igual el pasado y el presente. En el ayer se encuentran huellas, marcas del presente.


Desde el presente se construye en pasado: Pero hablar del pasado es hablar del presente. Dice Piglia que "En momentos en parece que nada cambia, que todo está clausurado y la pesadilla del presente parece eterna, la historia, dice Maggi, prueba que hubo otras situaciones iguales, clausuradas, en las que se terminó por encontrar una salida. Los rastros del futuro están en el pasado".


Hablar del pasado es iluminar el presente: tal es la estrategia de Respiración artificial. El texto no puede hablar directamente del presente, "del horror del presente". Mediante un largo rodeo en el cual va dejando claves, citas, acuerdos con el pensamiento de Benjamin, aplica productivamente su método historigráfico.












Tomado de:
SPILLER, Rolando (Ed.) (1991): La novela argentina de los años '80. Frankfurt, Ed. Vervuert, pp. 37-43.

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